El origen de las tartas se remonta al antiguo Egipto, cuando rellenaban un molde de pasta con carne o pescado.
En Grecia, una tarta de carne picada con una costra inferior de pan, gozó de popularidad por siglos.
Las primeras tartas de dos pisos fueron elaboradas por los romanos. Empleaban harina de centeno y de trigo, con relleno de miel, especias y queso de oveja.
La primera referencia occidental a una tarta de frutas aparece durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, en el siglo XVI.
¿Qué tiene la harina integral que no tengan las demás?
Al obtenerse del grano entero, la harina integral conserva todos los nutrientes y propiedades.
Los que saben del tema, dicen que posee una mayor proporción de lípidos, especialmente ácidos grasos poliinsaturados, que se encuentran sobre todo en el germen.
Los productos elaborados con esta harina aportan vitamina E, fibra y minerales como potasio, magnesio, hierro y zinc.
Ni una palabra más: vamos con una receta sencilla para animarnos a tener nuestros propios discos de tarta elaborados con harina integral.
Ingredientes
(Para 2 discos)
- 300 gr de harina integral
- 1 huevo
- 1 chorrito de aceite
- Agua tibia
- 1 pizca levadura y una de sal
Elaboración
- Mezclar en un bol, con las manos, la harina integral, la levadura y el huevo hasta unir bien. Agregar el agua tibia de a chorritos y amasar, incorporando luego la sal y el aceite, continuando con el amasado hasta que la harina absorba bien el líquido (unos 120 cc aproximadamente) y así obtener una masa lisa, tierna y suave.
- Dejarla reposar unos 40 minutos, tapada con un repasador.
- Volcar el bollo sobre una superficie lisa levemente enharinada y estirar con un palo hasta lograr una masa del espesor deseado (de medio centímetro estará bien).
- Disponerla en la tartera y rellenar a gusto. Al cerrarla, se puede pincelar la tapa de arriba con yema de huevo y esparcir por encima un mix de semillas.
– Por tratarse de un producto neutro, se adapta tanto para preparaciones saladas como dulces, pudiendo en este caso agregarse un poco de azúcar (mejor, mascabo) y reemplazar el aceite por un trozo de manteca.
Aporte de nuestro colaborador Ricardo D. Martín