Terminada la temporada alta muchas familias y turistas se despiden de la playa y el mar, al menos hasta Semana Santa si es que las condiciones se presentan óptimas para volver.
Sin embargo, acercarse a la playa en otoño (e incluso en invierno) tiene numerosos beneficios para la salud y bienestar.
A modo de resumen, aunque sin pretender agotar toda la lista de favores que nos regalan la playa y el mar también en estos meses otoñales, estas son los principales ventajas que podemos aprovechar.
Ir a la playa en busca de paz y desconexión
Independientemente del momento del año, la playa siempre nos ofrece un momento de paz y desconexión. Ya que, aunque se encuentren cerca de las zonas urbanas, las playas nos transmiten sensación de estar lejos de la contaminación y el ruido.
Nada como sentarse frente al mar, cerrar los ojos y escuchar el oleaje para relajarse y olvidarse del estrés.
Además, el horizonte infinito que se puede disfrutar a la orilla del mar hace que los problemas del día a día parezcan más pequeños. Esto, sumado a que en el horizonte el azul del mar se funde con el azul del cielo, hace de este paisaje algo mágico.
Disfrutar de la comida en la costa
Otro de los grandes motivos por los que ir a la playa en otoño e invierno es por la propuesta gastronómica que encontramos en los restaurantes de la costa.
Para los que tienen la posibilidad, hay platos llenos de sabor y con grandes beneficios para la salud por el aporte de los pescados y mariscos. Se destacan las grasas buenas, que ayudan a controlar el colesterol y refuerzan el organismo. También aportan antioxidantes y proteínas, que los convierten alimentos muy completos y equilibrados.
Además, en nuestra ciudad habrá una propuesta de gran atractivo turístico con presencias destacadas y variadas actividades: se trata de la Primera Feria Gastronómica, entre 15 al 17 de abril próximos.
El mar mejora la calidad de sueño
¿Quién no ha notado que tras un día de playa se duerme mejor? La playa es uno de los mejores lugares para disfrutar de los beneficios del sol también en otoño e invierno. La exposición del sol incrementa los niveles de serotonina y mejora la calidad del sueño.
Como consecuencia, mejora también nuestra calidad de vida y nos permite descansar mejor. Así como recuperar fuerzas para afrontar la semana.
A esto se añade la mejora del sueño por la liberación de estrés y la práctica de ejercicio.
Hacer ejercicio en la arena
La arena es perfecta no sólo para dar largos paseos por ella y beneficiarse de su impacto en los pies descalzos.
También es ideal para practicar ejercicio sobre ella. En la arena el impacto de la pisada es menor, así que las lesiones se reducen al pasear o correr.
Además, dado que no es una superficie lisa, el esfuerzo que hacen los músculos es mayor, por lo que estos trabajan más en menos tiempo.
Beneficiarse del agua del mar en invierno
Meterse en el mar con el agua fría es bueno para las inflamaciones y contracturas. Ya que hace que los tejidos se recuperen a mayor velocidad. Además, el agua fría activa el sistema inmunológico y aumenta la producción de glóbulos rojos.
Y para rematar, el agua del mar ayuda a mejorar la circulación de la sangre, algo con grandes beneficios especialmente para las personas mayores. Y para disfrutar de ello, para activar el sistema sanguíneo y hacer que las piernas se sientan más ligeras basta con pasear por la orilla del mar.
Disfrutar de las mascotas en la playa
Otra de las grandes ventajas de las playas en invierno es que suelen estar vacías, lo que quiere decir que es posible llevar a las mascotas in problemas.
No obstante, es importante mantener cerca a los animales durante el paseo por la costa por cuestiones de seguridad e higiene también en estas fechas.