María Angélica Dell’Avo, una inquieta difusora de hechos y acontecimientos del pasado, siempre aplicada defensora del cuidado ambiental como del acervo cultural, suele interesarse por temáticas de nuestro distrito.
En estos días, ha fijado su atención en que “como anuncio de la muy cercana primavera, han comenzado a reverdecer los tamariscos en Monte Hermoso”.
Acompañado de ilustraciones propias y del Museo de Ciencias Naturales Vicente Di Martino (como la que publicamos) se refirió a la incipiente floración que ya muestran los estoicos arbustos con el texto que reproducimos a continuación.
Del invernal color amarronado han pasado a un ocre dorado y de aquí en adelante se cubrirán de brotes verdes.
¡Qué bellos lucirán en verano, con sus flores rosadas!!
Los primeros fueron plantados por los fundadores de este balneario de la Costa Atlántica, a partir de 1903.
El objetivo era fijar la arena de los médanos, proteger a los veraneantes de los fuertes vientos y brindarles sombra bajo el sol abrasador.
Lamentablemente, con el avance de la urbanización, muchos ejemplares habían sido quitados de la línea costera hace algunas décadas.
En los últimos tiempos, por fortuna, los sufridos y resistentes tamariscos han vuelto a repoblar la costanera y las calles montermoseñas y están creciendo con vigor y rapidez.