Un viernes 31 de marzo la Goleta Lucinda Sutton fue siniestrada en nuestras costas, un hecho tan significativo que marcó el destino de nuestra ciudad. El 6 de marzo de aquel año la goleta había zarpado del puerto de Paranaguá, Brasil, con un cargamento de 1.400 toneladas de madera de pino brasileño con destino al puerto de Bahía Blanca.
Las condiciones climáticas le son muy desfavorables cuando se acerca a la zona del Faro Recalada, con vientos muy fuertes del sur, que la desvían del curso seguro para ingresar al puerto de Bahía Blanca, derivándola peligrosamente hacia la costa, donde comienza a tocar fondo.
Su capitán, John Bergman , ordena rápidamente arrojar al mar gran parte de su carga para aliviar el barco, que “a duras penas” puede continuar y finalmente quedar varado en cercanías del puerto de destino, en el llamado «banco lobos». Pasado el temporal, y con la bajante de mareas, la Lucinda queda prácticamente “en seco” y 20 días más tarde es rematada en la ciudad de Bahía Blanca.
Un día como hoy pero de 1917, 6 Kms de playas frente al Faro Recalada amanecieron cubiertas de tablas y tablones provenientes de aquel embarque siniestrado. Pocos meses después, la sociedad formada por los señores Ing. Esteban Dufaur, Gabriel Duc y Antonio Arizaga, imaginan un gran proyecto con esas maderas y que llevan a cabo: la construcción del Hotel Balneario Monte Hermoso, marcando el punto inicial de lo que posteriormente sería un destino turístico elegido y privilegiado .
Ubicado en el actual sector de la rambla, el Hotel Balneario Monte Hermoso (o lo que quedaba de él) fue demolido en la década de los 60, para construir los primeros edificios de pisos.