Monte Hermoso de ayer y de hoy. Pinceladas de un lugar «paradisíaco, novelesco e inimaginable»

Monte Hermoso en la década de 1970

Vista aérea de Monte Hermoso en la década de 1970

La imagen de la playa montermoseña capturada desde el aire en la década de 1970, compartida por el Museo Histórico en sus redes sociales, evoca momentos e historias inolvidables, ligados al profundo sentimiento de pertenencia que Monte Hermoso despierta en el interior de miles de personas que han llegado a estas costas, provenientes de toda la región y de todo el país.

Algunos se fueron quedando, enamorados para siempre de las dunas que parecían infinitas frente al imponente espectáculo del mar y se asentaron, conformando la población que paulatinamente comenzó a establecerse para dar lugar con el paso de los años a la ciudad que vemos hoy.

Pero, ciertamente, lo que vemos hoy no es fruto sólo del paso del tiempo. Fueron necesarios esfuerzos y sueños concretados sobre la arena de los médanos que hubo que sojuzgar.

“El edificar sobre una duna es relativamente fácil: el fijar y dominar la arena escurridiza no lo es tanto. Precisa de una labor constante y metódica que insume años en plantaciones y cuidados ya que construir dejando la arena alrededor de los muros, es vivir bajo la amenaza de que tarde o temprano el caprichoso médano echará a andar y arremeterá contra el obstáculo fijo, árbol o casa que se le oponga. Por eso no es suficiente que se fraccione la tierra para balnearios… primeramente es necesario sajuzgar al médano” (Antonio Crespi Valls, Playas y balnearios regionales, 1947).

La cita, que viene a complementar la foto compartida por el museo, la encontramos en el libro Monte Hermoso, entre dunas y mareas, de María Teresa Caramelli, obra que hemos destacado ya en otras notas en este medio.

Luego de esa referencia, continúa la autora: Sojuzgar el médano, esa fue la ardua tarea de aquellos que diseñaron cada loteo de Monte Hermoso. El balneario no era como lo vemos hoy. Las dunas se dominaron con el trabajo dificultoso y constante de los dueños de la tierra. Generalmente mientras se esperaban las autorizaciones gubernamentales para lotear, se fijaba y se forestaba cada sección de las parcelas a ofrecer.

Monte Hermoso, año 1942

Unos años después de aprobar la Provincia de Buenos Aires el Balneario Monte Hermoso en 1942, se organizaron los primeros remates y se ofrecieron las primeras parcelas en venta. A fines de esta década y comienzos de la del cincuenta, surgen varios loteos: Barrio Parque Esteban S. Dufaur, el loteo Costa bajo la firma Pueblo Balneario Monte Hermoso y el loteo Barrio Parque El Recreo, de la familia Sansot. 

La playa en la década de 1960
Antigua terminal de ómnibus

Es de destacar las frases que describían los folletos publicitarios en esos primeros tiempos, donde ya se advertía el valor de la naturaleza en este lugar. Se referían a una amplia playa, con suave oleaje, y con una temperatura de las aguas en cinco grados más que los balnearios de Necochea y Mar del Plata.

Relatan un lugar paradisíaco, novelesco e inimaginable: la diagramación de los lotes muestra una estructura urbana que va adoptando una figura rectangular, donde se observa el predominio de sectores con manzanas regulares en damero, alternados con otros irregulares de distintos tamaños y dimensiones.

Vista aérea actual de Monte Hermoso
Vista aéra desde Monte Hermoso del Este (gentileza Eurocom aberturas)
Vista de la playa céntrica con la imponente presencia de los edificios de altura

Hoy, este «lugar paradisíaco» sigue atrayendo a miles y miles de turistas que continúan eligiendo estas aguas cálidas y estas playas extensas para pasar sus días de verano, como ilustran estas imágenes de la actualidad, testimonio de cumplimiento de aquellos presagios que quedaron sellados en la historia de Monte Hermoso.

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