Los destinos rurales comenzaron a volverse populares desde que, hace un tiempo, los turistas de todo el mundo han comenzado a elegir destinos alejados de las grandes ciudades deseando estar en contacto con la naturaleza.
Respondiendo a esa tendencia, la Organización Mundial del Turismo difundió su ranking «Best Tourism Villages 2022», en el que un pueblo de Argentina logró ubicarse entre los mejores.
El objetivo del sondeo es premiar a los destinos que no solo se comprometen en la innovación sino también en hacer la estadía más ecológica y sustentable para ayudar al medio ambiente.
Participaron 136 pueblos y solo 32 fueron seleccionados entre los más destacados.
Como habíamos adelantado, por Argentina concursaron tres candidatos, Caviahue-Copahue (Neuquén), San Francisco de Alfarcito (Jujuy) y Trevelin (Chubut), destinos finalistas de una selección que impulsó el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.
El pueblo campestre, que debe su nombre a la colonia galesa que se asentó allí (significa pueblo del molino), situado a veintidós kilómetros de Esquel, cuenta con una arquitectura pintoresca, calles pobladas de rosedales y una amplia oferta gastronómica, en la que sobresalen las casas de te y la tradición repostera galesa.
En la zona donde está emplazado Trevelin hay muchos paisajes bellísimos, lugares y motivos atractivos para los visitantes, entre ellos el Parque Nacional Los Alerces, área natural protegida, incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
En invierno, el Cerro La Hoya, con sus pistas de esquí, también acapara la atención, pero hay otras propuestas imperdibles para vivir experiencias en la nieve.
A solo 18 kilómetros del pueblo se encuentra Sierra Colorada, una comunidad ancestral mapuche tehuelche que ha hecho del turismo una actividad de todo el año. Las cabalgatas guiadas por miembros de la comunidad son un clásico durante todo el año.
Hay otra Área Natural Protegida: Cascadas Nant y Fall, donde concluye el recorrido del río Nant y Fall, que nace en el imponente Lago Rosario, dando origen al final de su cauce a siete saltos de gran belleza.
Otra opción que cada vez atrae en todo el mundo, el enoturismo, también está presente allí, dado que el Valle de Trevelin se ha ganado un nombre propio a fuerza de alumbrar etiquetas innovadoras, de altísimo nivel y, sobre todo, con una personalidad distintiva.
Las visitas guiadas a los viñedos permiten conocer el trabajo que hicieron los propietarios para convertir cada establecimiento en bodegas de prestigio, como lo son Casa Yagüe, Viñas del Nant y Fall y Contra Corriente, que conforman un circuito imperdible en la Ruta del Vino patagónica.