Padre Walter París: “Nos visitan sacerdotes de otras provincias y todos quedan encantados con Monte Hermoso”

El párroco de Monte Hermoso y de Coronel Dorrego contó detalles de la casa de huéspedes de la que dispone la parroquia Stella Maris

Parroquia Stella Maris celebraciones

Durante los meses de enero y febrero Monte Hermoso se convierte, vaya novedad, en un centro turístico de gran atracción al que llegan visitantes de todo el país, e incluso del extranjero. Lo que sí puede resultar novedoso para algunos, es constatar que también lo es en el ámbito de la vida religiosa.

Quienes se acercan a la parroquia Stella Maris durante las semanas de temporada alta, suelen quedar sorprendidos por la cantidad de sacerdotes presentes en las celebraciones. El padre París explica el porqué: “En la casa parroquial abrimos las puertas para recibir a sacerdotes que quieran venir a descansar, y nos ayudan con las tareas y las celebraciones. Con algunos ya nos comunicamos desde septiembre para confirmar, y luego en enero y febrero nos visitan de distintos lugares del país”.

Padre Walter París. Foto de archivo

“Este año particularmente han venido muchos desde Rosario, algunos ya conocían y otros llegaron por primera vez. Todos quedan encantados con Monte Hermoso, con la ciudad, con el orden, con la vida familiar. Si bien tuvimos algunos problemas con el agua, lo pudimos solucionar con una cisterna, y de todas maneras quedaron encantados”.

“También llegó un grupo que conoció la posibilidad de hospedarse a través de una página de internet que dirige un muchacho que estuvo el año pasado en la parroquia como huésped. Este año llegamos a tener doce huéspedes, nueve en Monte Hermoso y tres en Dorrego, porque ya acá la casa no tenía más lugar”. 

Fachada de la parroquia Stella Maris. La casa parroquial se ubica en el sector trasero del terreno con acceso sobre calle Fossatty

“Les gusta la manera de vivir que tenemos acá donde la vida no tiene tanto movimiento como en las grandes ciudades; destacan la serenidad y la paz aún en pleno centro de la ciudad donde está la parroquia”, detalla París.

“Ahora en febrero, como todos los años, viene el padre Juan con los amigos del Movimiento de los Focolares; a él ya todos lo conocen, es como un “vice párroco”, vienen a quedarse todo el mes. Somos grandes amigos, porque Juan no solamente viene en verano sino que también me sustituye cuando alguna vez tengo que viajar y se queda en la parroquia”.

“Durante febrero, las misas son en los mismos horarios que en el mes de enero, es decir, de lunes a sábado a las 21, y domingos a las 10 de la mañana, a las 20 y a las 21”.

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