Palabras que admiten más de una forma correcta de escribirse y otras curiosidades del idioma español

¿Fútbol o futbol, élite o elite? El caso de la terminación «azo», «aza»

Fútbol

En la complejidad radica una de las razones de la belleza de nuestro idioma, al tiempo que su aprendizaje (similar a lo que ocurre con la matemática) ayuda a ejercitar el razonamiento lógico, amplía la capacidad de comprensión.

El castellano presenta multiplicidad de incógnitas sobre el correcto uso de las palabras, lo que se incrementa con la permanente evolución del leguaje, siempre sujeto a cambios.

Un caso es el de palabras que no tienen una sola forma correcta de escribirse o pronunciarse.

Ya sea por variantes regionales en su pronunciación o porque su etimología lo permite, algunas se pueden escribir de dos formas.

Por lo general, la Real Academia considera una de las dos variantes de estas palabras como «en desuso» pero eso no las vuelve incorrectas.

Fútbol y futbol

Buen ejemplo de las variantes regionales en nuestro idioma. La adaptación al español de la palabra inglesa football ha llevado a dos formas distintas. Por un lado, en España y Sudamérica se usa la forma fútbol, que conserva la acentuación del vocablo de origen. Sin embargo, en México y Centroamérica se ha vuelto popular el uso de la forma futbol también considerada correcta.

Cenit y cénit

Otro caso en el que se mantiene la forma etimológica. Cenit es más utilizada en el lenguaje culto y académico, pero en los últimos años se ha vuelto popular la forma cénit, la cual también se considera correcta.

Búmeran y bumerán

Proveniente del vocablo inglés boomerang, se ha adaptado al español en dos formas distintas. Para varios países de Latinoamérica, como Argentina y México, se utiliza más la forma esdrújula búmeran, que conserva el acento de la palabra de origen. En España y otros países de América está más difundida la forma bumerán, que también se considera correcta.

Élite y elite

Otra adaptación de una lengua extranjera, en este caso del francés. Un caso muy curioso ya que las palabras francesas son todas agudas, así que la correcta pronunciación es «elít». Por eso, cuando se adaptó al español lo hizo bajo la forma elite, pero para aquel entonces ya estaba muy difundida la forma élite, que interpreta la tilde francesa como si fuera española. Aun así, ambas formas son aceptables en la actualidad.

Pixel y píxel

La adaptación al español del vocablo inglés pixel ha dado como resultado dos formas distintas. La forma píxel¸ que se apega a la pronunciación de la palabra original, es la más difundida en los países de habla hispana. También es aceptable la forma pixel, más común en algunos países de América.

Video y vídeo

Aunque esta palabra llegó al español de la forma inglesa (vídeo), proviene del latín como una palabra llana. Ambas se consideran correctas. En España es más común la forma con tilde, mientras que en América se usan ambas, con predominancia de la forma llana.

Olimpíada y Olimpiada

Otro caso de adaptación al español de una palabra extranjera y producto de las variantes regionales de pronunciación, pero en este caso también por alternancia entre hiato y diptongo.

Por eso se puede escribir y pronunciar olimpiada (diptongo en la penúltima sílaba), forma más difundida en España, mientras que en América suele usarse la forma olimpíada (hiato en la penúltima sílaba).

Afrodisiaco o Afrodisíaco; amoniaco o amoníaco

Otra variante de la doble acentuación por sufijos. El sufijo «íaco» es de origen latino, posee hiato y se usa para formar adjetivos. Hoy en día es más común el uso de la forma «iaco», la cual posee diptongo y no lleva tilde. En el lenguaje culto todavía se prefiere el sufijo íaco, principalmente en América.

Polisemia, el caso de  «azo», «aza»

La polisemia es una de las curiosidades del lenguaje, que consiste en que una misma palabra tiene varios significados (banco, manta, cabo, planta).

Tal es el caso del sufijo «azo», «aza» (nunca «aso»). Es polisémico: por un lado, es un aumentativo (manaza, montonazo) y en otros posee un significado de «golpe» o «movimiento y acción bruscos»: portazo (golpe dado a una puerta o con una puerta), rebencazo, codazo.

Como aumentativo, adopta el género de la palabra a la que se adhiere: de padre, padrazo; de madre, madraza; de beso, besazo; de mano, manaza.

Además, expresa sentido ponderativo (golazo, cuerpazo); afectivo (padrazo, madraza); y despectivo (de uso coloquial no incorporados al diccionario, como feazo, por ejemplo).

Con el significado de «golpe», «movimiento brusco», la palabra solo presenta el masculino aunque su base léxica sea femenina. Así, decimos tanto puñetazo (de puño), como manotazo (de mano), portazo (de puerta) o pelotazo (de pelota).

A través de la metáfora, la idea de «golpe físico» se extendió también a los «golpes de Estado» o a movimientos populares que causan conmoción y así se habla de argentinazo, del pinochetazo en Chile o del tejerazo en España, por ejemplo.

Pero la idea de «golpe» fue aún más lejos en la metáfora y dio lugar a voces como flechazo (atracción amorosa repentina), además de significar golpe dado con una flecha.

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