Aunque parece que fue hace una semana, el otoño acaba de comenzar. Los días frescos ya se hicieron presentes, al punto que muchas familias prendieron el calefactor. Bueno, otras comenzaron a preparar las salamandras y muchas otras se abrigarán un poco más, porque las garrafas de gas están muy caras y la leña es inaccesible.
No es que nos damos cuenta recién que hay muchas familias que atraviesan una difícil situación económica, pero esta semana, con la búsqueda y la angustia que generó la desaparición de la pequeña M, parece que nos hizo visibilizar la pobreza.
Es como que ahora «nos cayó la ficha» de cuántas familias necesitan mucho más que la AUH o la bolsa de alimentos, que apenas alcanza para una semana, cuando hay que alimentar una familia de, por lo menos, 5 integrantes. Es como que nos dimos cuenta que hay una gran cantidad de familias que viven con lo mínimo y tal vez un poco menos, y que la asistencia del estado no alcanza.
Es urgente ponernos a trabajar en esto. Generar políticas de empleo, de productividad y de formación para la autosustentabilidad, que además de generar ingresos para vivir mejor, sostienen la dignidad.
La vuelta a la escuela
Repasando lo que esta semana nos dejó, las clases presenciales finalmente se van instalando. Es cierto que hubo algunos docentes contagiados (pero queda claro que estos contagios no fueron dentro de las escuelas) y también hubo algunas ausencias de aquellos que fueron vacunados.
No obstante estos detalles, los niños volvieron felices a las escuelas, contando con el esfuerzo familiar de cumplir, no solo con la presencialidad semana por medio, sino también con la conexión en la virtualidad por la semana que no concurren y con la realización de los trabajos prácticos asignados.
Por otro lado, los estudiantes de nivel secundario ya concurren todos los días y poco a poco van adecuándose otra vez al ritmo escolar. Entre todo esto se destaca también, el muy necesario apoyo que deben brindar en casa, porque hay muchos contenidos que apenas se tocaron el año pasado, y este año, necesitan una revisión y un refuerzo.
Asuntos locales
Así entonces, algunas problemáticas más pueblerinas retoman su vigencia, como los perros de la calle que siguen preocupando a peatones víctimas de sus ataques. El hospital modular que sigue sin habilitarse. El conflicto de guardavidas que no se resuelve y que –por el contrario- ha llegado a la instancia de la judicialización con un estado que ya lo dio por concluido, aduciendo que la temporada de verano finaliza en unos días y con ella el contrato de los trabajadores.
La inauguración de sesiones del Honorable Concejo Deliberante que todavía no se concretó (y se acaba el mes….) porque el jefe comunal Alejandro Dichiara no está en la ciudad.
Los vecinos del Balneario Sauce Grande que siguen reclamando por la falta de cuidados adecuados de las calles y por el agua potable que no aparece.
Pero para ser justos, hay que aplaudir las cosas buenas. La hora del cuento que continúa en Biblioteca Popular los viernes a las 17:30 hs. La vacunación de unos y otros que va “viento en popa”. El fútbol que con un poco de suerte comenzaría en abril. El fin de semana largo de Semana Santa que albergaría turistas para dar un último empuje económico al comercio local. Las obras de asfalto que están en marcha.
Entre todo esto, ayer domingo se votaron autoridades locales y provinciales en la UCR y el kirchnerismo sigue organizando su gente para las partidarias, con el representante de la sexta sección electoral en primera plana, que es nuestro intendente.
Así de variado comenzó el otoño.
¿Y el clima? Parece que las temperaturas en estos días ofrecerán la oportunidad de ir a la playa, caminar por la costanera o pasear el perro.
Fotos: Fabio Latorre