Hablar de trabajo en estos tiempos difíciles, en los que los números de los índices de pobreza nos repican en la cabeza y en donde las restricciones de cuidado por la pandemia nos condicionan en todos los aspectos, incluido el laboral, parece como una potencial mala noticia.
Sabemos que el rubro laboral está dificultoso en todo lados y Monte Hermoso no es la excepción. Una ciudad que vive básicamente del turismo, atravesará otra vez un período difícil como consecuencia de la inactividad del año pasado que no nos permitió crecer económicamente (y que a muchos llevó a endeudarse).
Cierto es que hubo una temporada muy buena pero no lo suficiente como para soportar un invierno con poca actividad y un futuro incierto en lo que respecta a este año, debido a la incertidumbre en que nos pone el aspecto sanitario, sabiamente priorizado ante otros tan importantes como este.
Pero básicamente lo que deseamos a repasar son las cuestiones que tienen que ver con los derechos laborales de los trabajadores municipales de nuestra ciudad.
En el aspecto salarial el sindicato acaba de informar que finalizó la etapa de negociación con el Ejecutivo municipal. Sobre fines del mes pasado tuvieron la primera reunión con el ejecutivo, donde el sindicato reclamó un aumento del 50 por ciento con respecto al año pasado ante la oferta de un 30 por ciento de parte de la patronal.
Las negociaciones comenzaron en la búsqueda de un acuerdo, pero se detuvieron por la ausencia del intendente, quien no ha estado en la ciudad.
Hoy desde la entidad gremial confirmaron un aumento del 20% para el mes de abril, y un 5% adicional por mes hasta octubre, alcanzando así ese mes un acumulado de 45%.
La otra pata de los trabajadores municipales son los guardavidas. Si bien son temporarios también son empleados municipales. Y aunque tengan un sindicato propio recientemente formado, siguen siendo empleados municipales.
Este cuerpo de trabajadores, a quienes enmarcaríamos en el título por cuanto son un grupo de jóvenes mujeres y hombres con muchos sueños pero también muchas metas, comenzaron reclamando ajustes salariales sobre finales del año pasado.
El camino recorrido hasta el día de hoy, en que ya están fuera del convenio de trabajo por cuanto finalizaron el 30 de marzo con su contrato temporal, lejos estuvo de solucionarse o de llegar a un acuerdo ya que fueron el claro ejemplo de la falta de empatía y la escasa voluntad de diálogo del municipio.
Brian Ollearo, secretario general del gremio, enarboló la bandera de la lucha desde aquel primer momento que los puso en la calle con una marcha que visibilizó la problemática laboral y que desde entonces no se detuvo.
Todos somos conocedores de las acciones del cuerpo de guardavidas, así como de sus escasos resultados, lucha que demostró una importante falta de respeto hacia estos recursos humanos que se forman para realizar un trabajo tan importante como cuidar la vida de los turistas en cada uno de sus ingresos al mar.
Conversamos con Ollearo que nos expresaba que un grupo importante de guardavidas fueron dejados sin trabajo a fines de febrero y si bien ellos reclamaron su reincorporación los mismos no fueron restituidos a sus puestos laborales; acabando su contrato antes de los 150 días que indica el convenio de trabajo para los guardavidas.
El sindicato está aguardando la tercera audiencia de conciliación convocada por el Ministerio de Trabajo.
Ante el hecho de dejar sin trabajo en el natatorio a uno de los guardavidas de playa que fue parte de la movilización, dijo Ollearo que “eso marca a las claras que continúa el plan de persecución y castigo a las trabajadoras y trabajadores organizados“.
Por eso este análisis intenta ir un poco más allá de la simple (o no tanto) negociación salarial. El tema del trabajo es un tema que nos trasciende como seres humanos. Desde que somos pequeños nos formamos para ingresar al mundo laboral del adulto no solamente con una buena o adecuada formación en aquello con lo que soñamos hacer sino que también nos forma desde lo moral.
Somos una persona de trabajo que muestra esa persona que somos. Perseguimos un sueño de jóvenes para alcanzar una meta de adultos. Por eso merecemos respeto desde ese rol que hemos elegido ser.
Así como los funcionarios políticos optaron por una carrera política apta y respetable, también los demás ciudadanos elegimos ser.
El trabajo no solo nos da de comer, nos mantiene y nos permite crecer económicamente. El trabajo nos dignifica, nos realiza, nos ayuda a concretar sueños, nos permite construir vínculos, nos habilita concretar proyectos y nos construye como hombres y mujeres útiles para la sociedad y para nosotros mismos.
Quizás estos pensamientos deberían estar siempre presentes para que nuestro clima de trabajo sea lo más cordial posible y para que vayamos y volvamos felices de nuestro trabajo, donde hacemos lo que nos gusta reflejando nuestra construcción colectiva.