Luego de algo más de dos años de pandemia, la circulación por las rutas del país y el ingreso o egreso en todos los puntos del país ya no están sujetos a medidas ni protocolos sanitarios.
El tránsito vehicular se ve por estos días notablemente incrementado debido al receso escolar y a los habituales viajes de fin de semana; las consecuencias han sido mayor cantidad de accidentes fatales en ruta.
Aunque parezca innecesario, no está de más repasar los cuidados que salvan vidas.
Los argentinos conducimos desaprensivamente a veces. Como si 10 minutos de llegar antes, nos resolvieran la vida. Como si llegar media hora antes fuera muy importante.
Así vemos, entonces, a conductores prudentes, que tienen todas las prevenciones en ruta, pero nunca falta el imprudente, aquel que no piensa en los mismos derechos a la seguridad y a la vida que tiene el otro, ese otro que va por las mismas vacaciones que él; con su propia familia igual que él; con ganas de llegar, igual que él.
Y los accidentes se suceden y cada vez las consecuencias son más dramáticas. Los autos hoy circulan a gran velocidad sin dificultades, son seguros, estables, no se percibe la gran velocidad, superan los 130 o 140 kilómetros sin dificultades. Pero el problema es que a esa velocidad, un mínimo inconveniente en ruta tiene resultados fatales.
En ese sentido, los números son claros, un incremento visible de muertes como consecuencia de estos imprevistos.
Prevención
Repasemos las medidas preventivas, cuando conducimos en ruta:
– Mantener una distancia prudente con el vehículo que va adelante. Esto permitirá la posibilidad de maniobra exitosa en caso de que fuera necesario, por ejemplo, ante la rotura de un neumático.
La distancia promedio que debe haber entre un coche y otro debe ser:
— Para una velocidad de 90km/h lo ideal son 50 metros de distancia.
— Para 100km/h se recomienda 55 metros de distancia entre automóviles.
— Si se maneja a una velocidad de 120km/h, se debe mantener una distancia de 66 metros.
— A 130km/h es recomendable una distancia de 72 metros entre ambos.
– No consumir bebidas alcohólicas ni estupefacientes antes de conducir.
Si bien en algunas provincias hay una tolerancia de 0,5 de alcohol, cada vez más se va tendiendo a “tolerancia cero”. Y a tal punto es preponderante, que la mayoría de los accidentes viales nos encuentran con conductores alcoholizados o con consumo de drogas. El conducir con exceso en el consumo de alcohol o drogas es realmente grave, llegando a ocasionar no solo la muerte del conductor que se accidenta sino también de terceros involucrados. Esto se debe a que el alcohol y otras sustancias funcionan como depresores del sistema nervioso central, afectando así las funciones psicomotoras y la percepción sensorial.
Quien consume tiene reflejos más lentos y hasta puede quedarse dormido, así como la poca sensibilidad que experimenta en el momento crea una falsa sensación de seguridad. Y la aventura de correr riesgos innecesarios donde se arriesgan la vida propia y las de otros; puede aparecer como tentadora, con un poco claro pensamiento a ese momento.
– Respetar las señales de tránsito. La función de la cartelería en la ruta es la de guiar a los conductores y peatones para que el tránsito sea seguro y por eso es importante respetarlas. Cumplen una función importante ya que ofrecen información sobre obstáculos cercanos, vías de acceso, trayectos alternativos, dirección de circulación, etcétera.
– No utilizar teléfonos móviles. Este es un hábito muy común entre los conductores y representan la causa número uno de distracción en los últimos años. Quizás no se alcanza la gravedad cuando el uso del mismo obliga a apartar la vista del camino y muchas personas se distraen más del tiempo que creen que le van a asignar. Y estos casos son fatales, además de que implican utilizar las manos, por lo que por lo menos una de ellas no estará controlando el vehículo.
– No exceder los límites de velocidad. El exceso de velocidad es muy común en caso de accidentes de tránsito.
Cuidados
— Respuesta óptima de los frenos.
— Condición de las luces. Tanto delanteras como traseras, son de vital importancia. De estacionamiento, de freno y de marcha atrás.
— Niveles de aceite y agua del automóvil.
— Condiciones y presión de aire de los neumáticos.
– Los niños siempre atados. Hasta los 3 años en las sillitas para auto, y a partir de esa edad con cinturón de seguridad.
– Utilizar cinturón de seguridad, no solo en rutas sino también en la ciudad. En muchas ciudades de nuestro país el uso del cinturón es obligatorio también en el tránsito urbano. Esto evitará que en caso de choques simples se puedan producir golpes contra el parabrisas o puertas del automóvil, o que los pasajeros del asiento trasero se golpeen contra el asiento de adelante con el impacto.
– Ajuste del apoyacabeza. Es necesario que se encuentre bien colocado, para brindarle al conductor y a los pasajeros, comodidad y evitar lesiones cervicales en caso de accidentes.
Quizás pueda sonar tedioso, conocido y reiterativo; pero tomar precauciones, ser cuidadoso y usar el sentido común salva vidas.