El cáncer, enfermedad tan actual en estos tiempos, abarca todos los aspectos de la salud humana. Consejos hay muchos, algunos simples, otros más rebuscados. Pero lo cierto es –de acuerdo a extensas investigaciones– que el estilo de vida afecta preponderantemente en algunas probabilidades de tener esta enfermedad tan angustiante y que a veces resulta difícil de abordar; y que –por cierto– trae inquietud, desánimo y desesperanzas en el enfermo y su familia.
El significado de la enfermedad cáncer suele ocupar un lugar que va más allá de su noción médica, hay un imaginario social construido alrededor de esa palabra, que en ocasiones pesa más aún que el diagnóstico.
Es muy probable que se asocien a la palabra cáncer un montón de escenas que representan lugares comunes, muchas de ellas construidas sobre creencias que no tienen sustento científico.
El cáncer no es sinónimo de muerte, de hecho, la mayoría de los cánceres son curables y hasta muchos de ellos prevenibles. Pero las chances de prevención y de cura vienen, entre otras acciones, por conocer sobre el tema y, por lo tanto, apropiarnos de la información y tener en cuenta algunos consejos que pueden ser positivos en la prevención de esta enfermedad.
Consejos para prevenirla
– No fumar: esta es una recomendación que todos conocemos, hasta los paquetes de cigarrillos la traen cuando hablan de lo perjudicial para la salud de este hábito. Se lo vincula no solo con el cáncer de pulmón, sino también de boca, garganta, laringe, páncreas, vejiga, cuello del útero y riñón. Y no hablamos solo del hábito de fumar sino que también se lo ha vinculado con el tabaco de mascar.
– Llevar una dieta saludable. Reduce el riesgo de contraer esta enfermedad, comer alimentos saludables: frutas y verduras, beber alcohol con moderación, reducir el consumo de carnes procesadas.
Mantener un peso saludable.
– Hacer actividad física. Brinda beneficios saludables para la salud, que también ayuda a controlar el peso y reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de colon. Se recomiendo por lo menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos a la semana de actividad aeróbica intensa. Se recomienda 30 minutos de actividad física diaria.
– Protegerse del sol. El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes y prevenibles. Evitar el sol del mediodía: entre las 10 y las 16 permanecer a la sombra cuando se esté al aire libre, usar anteojos de sol y sombrero, cubrir la piel con el uso de ropa, utilizar protector solar de amplio espectro con un facto de por lo menos 30, incluso en los días nublados, y renovar su aplicación cada dos horas; no utilizar camas solares y lámparas solares.
Vacunarse. Existen vacunas contra ciertas infecciones virales que pueden ayudar a evitar el cáncer: hepatitis B, puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de hígado; virus del papiloma humano (VPH) es un virus de transmisión sexual que puede derivar en cáncer de cuello de útero y otros tipos de cáncer genital (se recomienda para niñas y niños de 11 y 12 años).
– Evitar comportamientos riesgosos: mantener relaciones sexuales seguras y usar preservativo, disminuye las probabilidades de contraer infecciones de transmisión sexual como el VIH o el virus del papiloma humano (HPV). No compartir agujas: las agujas compartidas pueden llevar al contagio de VIH, así como hepatitis B y hepatitis C, que son enfermedades que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de hígado.
– Acceder a atención médica regular. Los autoexámenes regulares y los exámenes de detección para varios tipos de cáncer (como el de piel, de colon, de cuello de útero y de mama) pueden aumentar las probabilidades de detectar un cáncer a tiempo, cuando el tratamiento tiene más probabilidades de tener éxito.