En un contexto donde los costos médicos aumentan y las coberturas tradicionales muchas veces no alcanzan, los seguros de salud emergen como una herramienta estratégica para complementar tanto a las obras sociales como a la medicina prepaga.
En Argentina, su contratación crece año a año, impulsada por quienes buscan tranquilidad financiera ante imprevistos de salud.
A diferencia de un plan médico convencional, los seguros de salud otorgan un respaldo económico en efectivo para afrontar gastos derivados de una enfermedad o accidente. Al otorgar una suma de dinero específica para cada cobertura contratada, el cliente cuenta con un respaldo para afrontar diferentes necesidades, como honorarios médicos, traslados, medicamentos, entre otras.
Además, ofrecen importantes descuentos en farmacias para medicamentos recetados, siendo un complemento conveniente ante la poca o nula respuesta que en ocasiones ofrecen las obras sociales.
¿Qué cubren?
Los seguros de salud pueden contratarse de forma individual o familiar, y están compuestos por módulos de cobertura independientes, cada uno con una suma asegurada específica. Una de las principales coberturas es la de intervenciones quirúrgicas. Cuando el asegurado se somete a una operación contemplada en la póliza, se activa un beneficio económico. En caso de realizarse dos o más intervenciones, se reconoce el 100 % del valor de la más costosa y el 50 % del segundo procedimiento, siempre que se cumpla con la documentación médica requerida.
También contemplan otras prestaciones que aportan valor en la vida cotidiana de los pacientes. Algunos planes suman descuentos del 50 % en farmacias, cobertura de urgencias odontológicas y acceso a profesionales de distintas especialidades, con reintegro o sin necesidad de autorización previa, según el plan contratado.
Además, pueden cubrir el acceso a medicamentos que no están incluidos en las obras sociales ni en el sistema público, garantizando que el paciente reciba el tratamiento indicado sin demoras ni complicaciones económicas. En casos de internación, algunos planes permiten mejorar la calidad de la estadía, ofreciendo la posibilidad de optar por una habitación privada en lugar de compartida, lo que impacta directamente en la comodidad y el entorno del paciente durante la recuperación.
Entre los beneficios más recientes se incluyen las consultas médicas online, que permiten acceder a atención sin salir de casa, y la asistencia médica a domicilio en situaciones de urgencia sin riesgo de vida. También está disponible una línea médica telefónica para realizar consultas rápidas con un profesional de la salud.
Otra cobertura destacada es la de trasplantes. Este tipo de seguro puede cubrir trasplantes de médula ósea, hepático, cardíaco, renal, pulmonar, córnea o reno-pancreático, entre otros. Para su activación se exige diagnóstico confirmado, auditoría médica y documentación que incluya la validación del INCUCAI en los casos que lo requieran.
¿Cómo funcionan y cuánto cuestan?
El seguro de salud es indemnizatorio, es decir, paga una suma de dinero al asegurado cuando ocurre el hecho cubierto. No reemplaza la atención médica, sino que la acompaña con un respaldo financiero que permite tomar decisiones sin que la economía familiar se vea afectada. Esto se traduce en mayor libertad para afrontar situaciones como una operación, una internación o un tratamiento costoso, sin depender exclusivamente de lo que cubre la obra social o la prepaga.
“El plan médico cubrirá el hecho en sí, pero no los gastos extra que conlleva estar enfermo. En esos casos, contar con un seguro de salud puede marcar la diferencia”, explica Diego Savio, productor asesor de seguros con vasta experiencia en el sector.
Los valores varían según el tipo de cobertura y la suma asegurada elegida. A modo orientativo, un seguro básico arranca en los 4.500 pesos mensuales. Es importante subrayar que este tipo de seguros no reemplaza a la obra social, sino que la complementa, sumando protección frente a gastos imprevistos y reforzando la cobertura médica del afiliado.
¿Es para todos?
Los seguros de salud pueden ser contratados para todas las personas mayores de 18 años y la permanencia en el sistema es hasta cumplir los 80. Resulta especialmente útil para trabajadores independientes o monotributistas, que no siempre cuentan con cobertura amplia; también para personas con obras sociales limitadas que buscan atención más ágil o especializada.
Las familias encuentran en estos seguros una manera de asegurar su bienestar económico ante enfermedades complejas. Y para los adultos mayores que no pueden acceder a medicina prepaga, el seguro de salud puede convertirse en una alternativa accesible y efectiva.
Frente a un sistema de salud cada vez más costoso, los seguros de salud se presentan como una opción flexible, personalizable y enfocada en brindar tranquilidad económica en los momentos más delicados.