El periódico oficialista Página/12 publicó días atrás, con la firma de Raúl Kollmann, un detallado repaso sobre los pronósticos de las principales consultoras y encuestadores de cara a las Legislativas.
Reproducimos el artículo en el que se analizan los resultados de las PASO y plantean los escenarios que se abren para estas elecciones en el principal distrito del país.
Qué puede pasar con los millones de ausentes en setiembre y la estrategia que debería aplicar el oficialismo para convocarlos.
Los consultores en campañas electorales piensan, a dos semanas de los comicios del 14 de noviembre (el artículo fue publicado originalmente el día 31/10. N. del E.) , que el Frente de Todos (FdT) tiene posibilidades de revertir la derrota en la provincia de Buenos Aires. Todos coinciden en que es difícil, pero no imposible. Y la mayoría de esos consultores-encuestadores creen que la clave está en el trabajo casa por casa, barrio por barrio del peronismo. Algunos lo dicen, otros lo dan a entender: todo parece pasar por los intendentes del Gran Buenos Aires, en especial de la tercera sección electoral, que reúne a los distritos más populosos y humildes.
Los dos motivos de la caída del voto peronista
“Obviamente no es una tarea sencilla -analiza Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP)-, pero si se tiene en cuenta que la política es el arte de transformar la realidad, no queda duda alguna de que probabilidades existen. Si se comparan los resultados de las últimas PASO con las de 2019, quedan al descubierto dos cuestiones. En primer lugar, el FdT obtuvo un caudal de alrededor de dos millones de votos menos. Algunos (muy pocos) votaron a otros partidos (especialmente un corrimiento a la izquierda); otros, una gran mayoría, ni siquiera fueron a votar.»
Para el analista de CEOP, «la baja participación del electorado peronista puede explicarse por dos factores. El principal, remite a la cuestión política: insatisfacción con la economía y la inflación y hasta algo de desilusión. El segundo factor, descansa en la falta de interés, la desidia y hasta la búsqueda de justificaciones: enfermedad (incluso Covid), compromisos laborales y también impactó el cambio de escuela, que en muchos casos alejó el lugar de votación del hogar. Sin lugar a dudas en este segundo factor prevaleció lo actitudinal: faltaron ganas, fuerza, mística y hasta algo de épica. Las últimas encuestas evidencian que en términos generales se mantiene la ventaja que Juntos obtuvo en las PASO, aunque en los últimos días se percibe una tendencia a achicarse. Sin embargo nada está taxativamente definido: dos de cada 10 bonaerenses constituyen lo que podría denominarse un segmento aún crítico. Son los que afirman que no irán a votar, o bien que votarán en blanco o aún están indecisos. La mayor parte de ellos son votantes peronistas, y en su decisión final, que implica simplemente ir a votar, descansa el resultado de esta elección y que el FdT logre el objetivo de revertir la derrota de las PASO”.
¿Achicar la distancia o darla vuelta?
Una mirada bastante distinta tiene Eduardo Fidanza de Poliarquía. “En principio pareciera que el FdT está en condiciones de recuperar votos en PBA y acortar la diferencia desfavorable de las PASO. De hecho, hay muchas encuestas que muestran ese estrechamiento de la distancia. Ahora, dar vuelta la elección parece más complejo, aunque no puede descartarse. Para eso deberían ocurrir tres cosas. Primero, que muchos electores cambien el voto en favor del FdT. Dos, que los que no fueron a votar, se vuelquen masivamente por el oficialismo. Tres, que los que votaron a fuerzas que no pasaron el corte apoyen masivamente al frente peronista.»
«Todas estas posibilidades son problemáticas, improbables y no cambiarían la tendencia, asegura Fidanza. Para tener una idea de la situación que enfrenta el gobierno en PBA hay que considerar que debe mejorar mucho en el segundo y tercer cinturón de GBA. En las legislativas de 2019 ganó allí por 30 puntos, mientras que en las PASO lo hizo por 6. En ese territorio las terceras fuerzas, con ostensible presencia de la izquierda, aumentaron su caudal de 13 a 26 por ciento. Estos números dan cuenta de la gran dificultad del oficialismo para dar vuelta el resultado, más teniendo en cuenta que la campaña del gobierno no logró superar las contradicciones comunicacionales: por un lado, proclama el Sí; por otro, sus principales figuras se muestran agresivas y contradictorias en el mensaje”.
El trabajo casa por casa
Raúl Timerman, director de Grupo de Opinión Pública, pone el acento en el trabajo casa por casa. “Sí, sin ninguna duda hay posibilidades de que el FDT gane el 14 en la Provincia de Buenos Aires. ¿Qué debería ocurrir? Si vota la misma cantidad de gente, no hay ninguna chance. El oficialismo perdió por 360.000 votos y para dar vuelta eso, se necesitan más de un millón de nuevos votantes. Tal vez 1.200.000. ¿Es posible? Sí. En esta elección se eligen diputados nacionales, provinciales, concejales, consejeros escolares. Cada fuerza tiene en total como 4.000 candidatos. Los del FDT tienen que salir casa por casa, barrio por barrio, a convencer a la gente de que tiene que votar y repetir el resultado de 2019. El peronismo nunca sacó menos de cinco millones de votos en la provincia y esta vez sacó tres millones. De manera que, si se trabaja todos los días a todas las horas, es posible. ¿Es probable? Poco probable. Porque nadie se ganó la candidatura, no tuvieron que pelearlas en unas PASO y entonces vienen de cierta comodidad. Insisto, es posible: hay que trabajar”.
Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, piensa que hasta el momento la situación no cambió y ve la situación difícil para el FdT. “Las encuestas por el momento muestran indicios de una repetición del resultado que vimos en las PASO del mes de septiembre. Es muy difícil que situaciones que responden a cuestiones de índole macroeconómica o social, por ejemplo la inflación, se resuelvan en un lapso tan breve de tiempo. Al mismo tiempo, el gobierno no ha logrado reconstruir aún la imagen de una conducción unificada al momento de la toma de decisiones, algo que una parte considerable de sus votantes le reclama, según sugieren los estudios cualitativos. Sin embargo, hay que prestarle atención al aumento en la imagen de los referentes territoriales del FdT, especialmente en la tercera sección electoral. Señala al menos un cambio de tono en la campaña y el efecto de algunas de las acciones y medidas que tomo el gobierno post PASO. Es una incógnita si esa mejora tendrá o no algún efecto electoral”.
Analía del Franco, de Del Franco Consultores, marca un hecho casi histórico. “Es difícil revertir una elección que se perdió hace dos meses. Una situación social no cambia rápidamente y eso hace que sea difícil cambiar las preferencias políticas. Entre las PASO y las generales siempre hay más gente que vota en las generales, aunque el ausentismo fue más fuerte esta vez. Antes, el espacio que solía crecer era el de Juntos por el Cambio, porque los que no iban a votar en las PASO eran los ciudadanos más escépticos, personas mayores o los menos involucrados en política. Pero esta vez no fueron sectores humildes y de municipios más cercanos al Frente de Todos. Y eso genera una posibilidad que le permita al FdT revertir o al menos achicar la diferencia. También percibo en los trabajos que hicimos que hay una cantidad importante de indecisos y que el oficialismo puede captar votos que tuvo Florencio Randazzo. Es otra oportunidad que tiene el FdT. Mi impresión es que la distancia se va a acortar. Ahora, ya dar vuelta el resultado sería novedoso, porque es muy difícil cambiar en dos meses”.
El papel de los ausentes
Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, acaba de publicar una encuesta en la que se repiten los resultados de septiembre. “Yo tengo una diferencia actual de cuatro puntos, por lo tanto está por fuera del margen de error. Para mí, igualmente es uno de los distritos del país donde es posible la reversión debido a que la distancia no es mucha. Entiendo que la reversión podría darse en caso que se trabaje correctamente, como no se hizo para las PASO. Es decir, trabajar el territorio como se está haciendo ahora, con los intendentes trabajando a pleno. Y ahí hay un punto: que no haya corte de boleta. Es decir que los intendentes, sobre todo los más importantes, no jueguen a favor del corte de boleta. A esto hay que sumarle este control de precios, que llegue a la gente. Es decir, el problema no es el control, sino la velocidad con la que llega a los votantes. Si se dan estas condiciones, podría ser uno de los distritos en que se consiga revertir el resultado. Es una posibilidad”.
“Sí, hay posibilidades de que el FDT de vuelta la elección bonaerense -afirma Artemio López, titular de Equis-. Son cuatro puntos a descontar en un distrito donde la participación electoral fue baja en relación a las dos elecciones primarias anteriores, ya que votó el 68 por ciento del padrón y, entre los que se ausentaron, los votantes al FDT en 2019 fueron una mayoría importante de más del 60 por ciento de los ausentes. En este universo, el presidente Fernández mantiene niveles de imagen del 60 por ciento, por lo que ante la amenaza de un triunfo de Juntos, un sector de ausentes con afinidad por el oficialismo volverá a votar. Con este panorama de mayor participación en noviembre de ausentes afines al oficialismo y buena imagen presidencial definitivamente sí hay chances para el FDT en Buenos Aires”.