Reducir la huella de carbono: la única forma de luchar contra el cambio climático

En épocas en las que escuchamos que el daño al medio ambiente ya casi es irreversible, o escuchamos conceptos como “calentamiento global” o “gases de efecto invernadero”, aquí va una nota para tratar de clarificar algunos conceptos y ver como se puede contribuir.

Esta nota se desprende de un video realizado por el físico español José Luis Crespo, creador del canal QuantumFracture, que se dedica a la divulgación científica.

Empecemos: ¿Qué es la huella de carbono?

Es un indicador que nos permite cuantificar las emisiones de CO2. Se puede hacer con fábricas, productos, países y personas.

En ese último punto nos vamos a enfocar hoy.

La Huella de Carbono promedio Mundial es de 6,27 toneladas de CO2 equivalentes al año por persona.

La Huella de Carbono promedio de un argentino es de 7,9 toneladas de CO2 equivalentes al año y la de un norteamericano promedio es de 20 toneladas.

En 2017, los seres humanos hemos emitido 47.600.000.000 toneladas de CO2. Una cifra que aumenta todos los años.

¿Qué se hace al respecto?

Se está haciendo algo para frenar las emisiones y así, el daño ambiental.

Lo que se lleva a cabo es el Acuerdo de París. En resumidas líneas, dice que si queremos que el aumento de la temperatura promedio mundial se frene en +1,5 ºC, todos debemos reducir nuestra huella de carbono a 0 para 2045 a 2055.

Pero hay más. El Intergovermental Panel on Climate Chance (IPCC), dice que si queremos llegar a ese objetivo, para 2030 tendremos que reducir un 45% de las emisiones.

Esta es la primera meta.

Antes de seguir, un apartado: Reciclar, comprar menos papel, comprar menos plástico, comprar objetos más duraderos, reducir los envoltorios y la comida que se utiliza, no reduce ni media tonelada de las emisiones. Esto ayuda para otros problemas ambientales, pero no mucho para este.

¿Cómo disminuir nuestra huella de carbono?

Aquí van algunas acciones que son mencionadas en el video.

Transporte

La clave está en evitar los motores de combustión interna. Poner menos en marcha o sustituirlo por motores que no quemen nada.

Por ejemplo: sustituir los transportes urbanos más cortos por transporte público u otras alternativas, puede reducir nuestra huella de carbono entre 0,6 y 1 tonelada.

Manejar un híbrido, los del enchufe, puede reducir tu huella en hasta 3,1 toneladas. Y hasta se ha llegado a estimar que pasarse a un auto eléctrico, puede suponer una reducción de hasta 5,4 toneladas.

¿Qué sucede con esto? la reducción está atada a la proveniencia de la energía. Si esta viene de una central eléctrica que quema combustible, no se está ayudando en casi nada.

Si los proveedores de energía no ofrecen un servicio 100% descarbonizado, esta no es una apuesta segura. ¿Qué sería apostar a ganar? Vivir sin auto.

Esto reduce la huella entre un 0,6 y 3,6 toneladas.

Compartir transporte con otra persona, viajar menos en avión y hasta el teletrabajo, también contribuye en este apartado.

La dieta

Producir la comida tiene un gran impacto en la huella de carbono. No solo es la energía que se pone en cultivar o criar, es que también se ocupan tierras en las que podríamos estar almacenando dióxido de carbono, en forma de arboles.

Una de las maneras de reducir nuestra huella de carbono es reduciendo la cantidad de carne que consumimos.
¿Por qué? Es una cuestión de costo. Aquí se analizan varios alimentos y se compara cuanto CO2 emiten, respecto a las calorías que aportan:

Cantidad de C02e por 1000 kcal:
• Trigo – 0,59 kg
• Papas – 0,63 kg
• Manzana – 0,9 kg
• Tofu – 1,17 kg
• Carne de cerdo – 5,15 kg
• Carne de pollo – 5,34 kg
• Chocolate – 9,02 kg
• Carne de vaca – 36,44 kg

En conclusión, los productos de origen vegetal son, por lo general, más eficientes ecológicamente.

¿Cuál puede ser el motivo de tanta diferencia?

La industria de la carne es la principal fuente de metano, un potentísimo gas de efecto invernadero.
Por otro lado, que la mayoría del ganado come a base de pienso, que hay que cultivar. Es decir que, si ya se produce un impacto en CO2 deforestando, cultivando y recolectando, sumale el gasto de alimentar, cuidar y recolectar el producto animal. Es un doble gasto. Esto hace que, la carne de vaca, sea un lujo medioambiental.

Hay soluciones intermedias, para que se queden tranquilos. Obviamente, hay que consultar con especialistas de la salud antes.

Hacer una dieta vegana es lo que más ayuda, pero también lo hace el hacerse vegetariano, o simplemente, reducir la cantidad de carne que se consume. También se ayuda mucho si se suprime el consumo de carne vacuna, que es la que más cuesta.

Depende de que camino se tome, se puede reducir la huella de carbono entre 0,01 toneladas y 2,1.

En menor medida, los productos de estación y los locales, también contribuyen a la reducción de la huella.

El último punto en el apartado de la dieta son los productos ecológicos.

Los que son producidos con técnicas tradicionales. No se utilizan abonos ni fertilizantes sintéticos y rechazan las técnicas para producir más.

El uso de estas técnicas cuida al suelo. Al no explotarlo intensivamente, no rebaja tanto su capacidad de capturar carbono. Además, se ahorran el costo energético de producir fertilizantes y otros productos.

El consumo de estos productos, supone una reducción de la huella de carbono de alrededor de 0,5 toneladas.

No todo es color de rosas, algunos autores advierten que esto puede empeorar la huella de carbono.

Esto es porque los productos ecológicos, necesitan de más recursos para producir lo mismo que producen los métodos convencionales. Esto hace que a veces, no resulte tan beneficioso como se dice.

La población mundial sigue aumentando y con ella, la demanda de alimentos. En este contexto, talar más árboles para producir productos eco, no parece la solución más sostenible.

El hogar

Acá también se pueden hacer cosas. Detectar que zonas de la casa están mal aisladas y arreglarlas es beneficioso.
Las energías renovables, por otro lado, son muy caras en nuestro país. No están al alcance de la mano. Pero si esto se puede conseguir, sería una gran ayuda para reducir la huella.

Tener electrodomésticos eléctricos y más eficientes, también ayuda. Claro, es más caro.
Por último, lo que todos piensan cuando hablamos de la energía sustentable en los hogares: producir tu propia energía.

Si sos una de esas personas que tiene la suerte de instalar placas solares, tu huella se puede reducir entre 0,1 y 4,8 toneladas.

Otras prácticas

Acá va otro apartado pequeño: ir a comercios cercanos para no utilizar un vehículo, ayuda.
Aumentar nuestra eficiencia energética también. Podemos ajustar el termostato de nuestra casa 2 grados menos en invierno y 2 grados más en verano.

Elegir electrodomésticos eficientes energéticamente. Utilizar el microondas antes que el horno, la pava eléctrica antes que la que va en la hornalla.

Esas pequeñas cosas, también ayudan. Todo lo que se pueda hacer para reducir la energía, es beneficioso.
Y por supuesto, además de adoptar nuevas costumbres, plantar árboles.

 

La mayor responsabilidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, es de los gobernantes.

El deber de los ciudadanos es exigir que se creen y cumplan las leyes medioambientales.

Debajo de quienes toman las decisiones, están quienes más emiten que son las industrias.

Es verdad, si no estamos sentados en la silla de las decisiones en las industrias, poco podemos hacer. Pero igualmente, se pueden hacer cosas.

Seguir alguna de las prácticas nombradas ayudará y también lo hará el no consumir ciertos productos para desalentar la producción contaminante.

La lucha contra el cambio climático no recae solo en nosotros, pero tampoco debe recaer solamente en quienes tomen las decisiones. Debemos exigir que se tomen medidas contra este problema, pero en el mientras tanto, desde nuestro lugar, podemos hacer muchas cosas.

Todos tenemos un pequeño poder.

 

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