El tema de debate y preocupación sigue siendo el cambio educativo que se perfila para la provincia de Buenos Aires en su nivel secundario.
Los fundamentos políticos dejan a las claras las diferencias entre un gobierno nacional meritocrático y un gobierno provincial que apuesta –una vez más– a superar los índices que reflejan un 20% de abandono del nivel y un 20% de repitencia.
El debate político es entre exigencia, premio y elevar el nivel versus buscar las estrategias didácticas para que los y las jóvenes finalicen sus estudios secundarios.
Pero sea como fuere, este debate es de los dirigentes y sus políticas de Estado. Lo cierto es que los números son más que claros en la provincia y que un cambio era necesario y urgente: Las estadísticas contabilizan que entre un 8 y un 10% de los 1.700.000 alumnos bonaerenses repiten.
La posibilidad de un cambio fue aprobada por el Consejo General de Cultura y Educación bonaerense, que es un organismo pluri partidario. Es decir, que se ofreció la oportunidad de análisis y debate de la modificación planteada. Esta modalidad proyecta la acreditación de los conocimientos por materias y no por año.
Las calificaciones serán numéricas, se aprueba con 7, son cuatrimestrales y se cargarán en una libreta digital. Al final de cada cuatrimestre, los y las estudiantes que no hayan alcanzado la aprobación en un máximo de cuatro materias asistirán a períodos de intensificación de saberes de 15 días de duración, que se desarrollarán a principios y finales del cuatrimestre.
Si el número de materias fuera superior a cuatro, con la ayuda de un Equipo de Definición de las Trayectorias Educativas (EDTE) se decidirá cuáles intensificar y cuáles directamente deberán recursarse. Estos equipos están integrados por docentes y directivos.
A partir de esta reforma, entonces, la repitencia tradicional como la teníamos entendida hasta ahora cambiará por un sistema de aprobación de materias cuando el número de las desaprobadas no exceda de cuatro.
También se prevé facilitar la articulación entre primaria y secundaria, brindando apoyo y acompañamiento en materias como Prácticas del Lenguaje y Matemática, de manera de facilitar la transición entre un nivel y otro.
En varios países ya se pusieron en marcha sistemas como este, y hablamos de Estados Unidos, Reino Unido, Finlandia, Noruega, Japón, Corea del Sur, Suecia y Dinamarca. Y si miramos a países vecinos también Paraguay y Uruguay eliminaron la repitencia en el nivel primario, en tanto en Chile están trabajando en un proyecto con similares propósitos al nuestro.
El director general de Cultura y Educación provincial (equivalente al ministro de Educación de la nación), Alberto Sileoni, entiende que recursar todo el año genera un “enorme desaliento” y conduce al abandono. Esta realidad también se sostiene en estas épocas económicamente complejas donde la colaboración familiar a veces necesita del aporte laboral de los jóvenes, lo que sumado a propuestas educativas poco atractivas, didácticamente pobres y aburridas, terminan provocando el abandono.
Ahora bien, más allá de este análisis y ante la inminente puesta en marcha de esta reforma, ya los directivos empiezan a mostrar su preocupación por cuestiones no menores, como la infraestructura, ya que con la extensión de clases se necesitarán no solo otros horarios sino también otros espacios, ya que la mayoría de las escuelas cuentan con dos turnos. De este modo deberán dinamizarse horarios extraescolares que incluirán vespertinos y tal vez también clases los sábados.
Asimismo, se necesitarán más docentes y más personal auxiliar para hacer frente a estos cambios (esto es una buena noticia porque genera empleo) y mayor infraestructura con equipamiento para el funcionamiento de estas aulas.
Lo cierto es que estas modificaciones ya están en marcha. Y la propuesta es alentadora para hacer frente a esta realidad de abandono del nivel secundario, que deberíamos recordar más seguido que es obligatorio.
No debería existir la posibilidad de abandonarlo ya que, más allá de que tiene que ver con la formación, si en la vida de adulto se pretende competir por cualquier puesto laboral, la solicitud de estudios de nivel secundario es uno de los requisitos a satisfacer. Y sin dejar de lado siempre que el conocimiento genera oportunidades, satisfacción y favorece la construcción de la personalidad y de nuestra posición en el mundo.