Rige desde este jueves en Ciudad de Buenos Aires la limitación para el uso de teléfonos celulares en las aulas

Rige desde este jueves en Ciudad de Buenos Aires la limitación para el uso de teléfonos celulares en las aulas

El gobierno de la capital de la República dictó una resolución que estará en vigencia a partir de este jueves 8 de agosto por la que se limita el uso de teléfonos móviles en todas las escuelas del distrito solo a situaciones particulares.

La medida fue anunciada a la prensa por el jefe de gobierno Jorge Macri, explicando que se busca no solo que las escuelas se involucren en el problema que hoy plantea el uso abusivo de celulares por parte de los menores sino que además se pretende dar la discusión para que los padres también se involucren.

“Los adultos tenemos que volver a ser adultos responsables. Si a un chico de dos años, en el restaurante, le ponés el celular frente a la cara para que no moleste, después es muy difícil que a los nueve no esté pegado al celu. Creo que vamos comprendiendo los efectos que la tecnología va teniendo en nuestras vidas y en el desarrollo psico neuro motriz de los chicos”, explicó Macri.

“Como en casi todos los temas en los que tenemos más dudas que certezas, empezamos consultando a especialistas en distintos abordajes, desde lo tecnológico, a lo sociológico, psicológico, pedagógico, y las neurociencias. Así llegamos a las bases de este protocolo que les planteamos a todas las escuelas de la ciudad”, agregó el jefe de gobierno porteño.

En las secundarias, en las que el 90 por ciento de los chicos concurre con su celular, el dispositivo deberá estar guardado durante las horas de clase, excepto en las actividades pedagógicas previamente planificadas por los docentes y podrá usarse en alguno o todos los recreos, según lo que cada escuela disponga.

En primarias y jardines de infantes será más estricto: no podrán usarse ni en el aula, ni en los recreos, ni en el comedor, prohibición que no alcanzará a chicos que los necesiten como ayuda ante una condición especial.

Cada establecimiento educativo deberá disponer su propio protocolo para el uso del celular, aunque teniendo en cuenta que las pautas nunca podrán ser más flexibles que lo establecido en la resolución, y deberá ser comunicado a toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes y familias.

Fundamentos y antecedentes

Esta medida, que puede generar polémica, se da en un contexto en el que, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Argentina de Pediatría indican que el desarrollo de chicos y adolescentes depende fuertemente de la interacción con adultos y que el uso excesivo de pantallas (más de dos a tres horas diarias de exposición) puede provocar consecuencias en el desarrollo cognitivo y motriz, en la memoria y la salud en general.

Además, en lo que respecta específicamente a lo didáctico, crece la evidencia científica (sobre todo de las neurociencias) de que la atención es el principal predictor de los aprendizajes, y por tanto el celular, con sus múltiples aplicaciones diseñadas para capturar el interés, resulta una barrera para la atención que el cerebro humano necesita para adquirir los conocimientos que se transmiten.

“No hay dudas de que la vida hoy es con el celular. La pregunta es quién maneja el aula: si el celular o el docente. Hoy el docente siente que no maneja el aula, no logra captar la atención y tener influencia para que el chico aprenda. Tenemos que discutir eso. ¿Qué hacemos? ¿Fingimos demencia? ¿Hacemos como que no pasa nada? Creo que nos tenemos que dar esa discusión”, reflexionó Macri.

Entre los países que ya limitan el uso del celular en la escuela, se mencionan los casos de Francia, Estados Unidos, Alemania, Italia, China o Noruega, cada uno con su propio abordaje.

En la Argentina, algunas provincias (Catamarca entre ellas) avanzan en proyectos similares, y hay casos de escuelas privadas que ya han incluido limitaciones para el uso del celular en las aulas.

Como dato ilustrativo, mencionan un estudio que refleja que ocho de cada 10 docentes de nivel secundario consideran que el uso de celulares en clase dificulta la atención y participación de los estudiantes, y que siete de cada 10 familias y ocho de cada 10 docentes sostienen que el uso de celulares tiene consecuencias negativas en el bienestar de los estudiantes.

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