Roger Payne: el canto de las ballenas y el eco del Universo

El biólogo y ambientalista Roger Payne, precursor en el estudio y conservación de las ballenas, fue el primero en documentar el canto de estas criaturas marinas, revelando una conexión ancestral entre la humanidad, la naturaleza y el misterio del cosmos. Su legado, profundamente arraigado en Argentina, dejó una huella indeleble en los esfuerzos por la preservación de los océanos

Roger Payne

Roger Payne. Foto: whale.org

En 1970, Payne modificó la comprensión científica de los cetáceos al detectar que las ballenas jorobadas emiten cantos estructurados y complejos, lo que sugiere una conexión profunda entre todos los seres vivos. Este descubrimiento revolucionario no solo transformó la biología marina, sino que también abrió una nueva dimensión de reflexión sobre la vida, la música y el entorno natural.

Las vocalizaciones de las ballenas, que podían durar hasta 30 minutos, no eran meros sonidos funcionales, sino que seguían patrones complejos con frases repetidas, pausas y variaciones que evocaban la estructura de las composiciones musicales humanas.

Estos cantos trascendían el mero sistema de comunicación, convirtiéndose en una expresión estética que resonaba profundamente con la humanidad. «Las leyes que guían nuestras composiciones son tan antiguas que anteceden nuestra existencia», afirmaba Payne, aludiendo a una herencia compartida que perdura en nuestra evolución y define nuestra capacidad para percibir y crear melodías.

Un canto que conmueve y conecta

La carga emocional de estos sonidos sorprendió incluso a su descubridor. Payne observó cómo muchas personas, al escuchar las melodías, experimentaban una conmoción profunda, llegando a la emoción hasta las lágrimas. «Hay algo en estas vocalizaciones que remueve lo más profundo, que nos sobrecoge», reflexionaba. Estas armonías no solo evocan una emoción universal, sino que también reflejan principios de simetría y belleza inherentes a la biología humana, conectando con las partes más primitivas de nuestro cerebro.

En el encuentro Ballenas: coros del océano con Jorge Reynolds y Roger Payne, se exploraron cuestiones que invitan a la reflexión: «¿Será que el universo canta? ¿Es posible que Dios sea el nombre que hemos otorgado a lo que en realidad es la canción del universo?». Estas preguntas dan cuenta de la visión de una conexión global que une a todas las formas de vida, sugiriendo una interrelación que trasciende el tiempo y nos vincula con nuestras raíces evolutivas.

Roger Payne escuchando el canto de las ballenas en una embarcación durante sus investigaciones (https://whale.org/history-and-legacy/dr-payne/)

“A la noche me despierto a escuchar las ballenas y me pregunto: ¿qué puede haber más hermoso?”

Nacido en 1935, Roger Payne fue un pionero en el estudio de la fauna marina y un ferviente defensor de la protección de los ecosistemas acuáticos. Como fundador de Ocean Alliance combinó ciencia, activismo y arte para sensibilizar al público sobre la importancia de la conservación de los hábitats marinos. Su disco Songs Of The Humpback Whale (Full album) se convirtió en un fenómeno cultural, vendiendo más de 125,000 copias y consolidándose como un símbolo del movimiento Salven a las Ballenas, que fue crucial para la implementación de una moratoria global sobre la caza comercial de estos animales.

Gracias a su colaboración con el científico Carl Sagan, la histórica grabación de los cantos de las ballenas fue incluida en un disco de oro enviado al espacio a bordo de la sonda Voyager, que actualmente ha cruzado los límites del sistema solar. Los dos discos, diseñados como cápsulas del tiempo, contienen una selección de sonidos e imágenes que ilustran la diversidad de la vida y la riqueza cultural de la Tierra.

Este registro tiene como objetivo comunicar la existencia de vida terrestre a posibles civilizaciones inteligentes, con la esperanza de que el mensaje llegue al cosmos y perdure a lo largo del tiempo.

En sus últimos años, Roger Payne centró su labor en el estudio del lenguaje de los cachalotes, y en 2021 renunció a la presidencia de Ocean Alliance para dedicarse plenamente a este innovador proyecto. Aunque falleció en junio de 2023, su trabajo permanece como una fuente de inspiración para científicos y ambientalistas a nivel global. En reconocimiento a sus valiosas contribuciones, se llevó a cabo una producción audiovisual en Homenaje a Roger Payne, destacando su destacada trayectoria en la conservación de la vida marina y la protección de los océanos.

(Chris Bangs/Guam Variety News/AP)

Conservación oceánica en Argentina: la gran influencia de Roger Payne

El vínculo del bicon Argentina se estableció en 1970, durante su visita a la Península Valdés, en la Patagonia. Allí descubrió que las ballenas francas australes podían identificarse individualmente gracias a las características únicas de las callosidades en sus cabezas. Este hallazgo sentó las bases para el Programa de Investigación de la Ballena Franca Austral, el primero de su tipo a nivel mundial.

Estos avances significativos impulsaron la fundación del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB)que hoy lidera programas de monitoreo y educación ambiental en la región. La relación de Payne con el país quedó plasmada en el documental Jane & Payne Trailer HD  que registra su encuentro con la reconocida etóloga Jane Goodall en la Patagonia. Este material ofrece una visión única sobre dos figuras emblemáticas de la conservación, uniendo sus perspectivas en un llamado universal para proteger las maravillas de nuestro planeta.

Ciencia y música: una conexión reveladora

La fascinación de Payne por los cantos de las ballenas no solo refleja su pasión por la biología, sino también su convicción sobre la profunda interconexión de todas las formas de vida en el planeta. Como él mismo expresó: “Uno no puede explicar por qué la música nos hace sentir, esa vaguedad impenetrable, algo tan importante en nuestra vida.” Esta reflexión invita a considerar cómo tanto la música como los sonidos de la naturaleza tienen el poder de vincularnos con aspectos más profundos de nuestro ser, elementos arquetípicos impresos en la materia viva.

Gracias a su observación, sensibilidad y curiosidad, los registros obtenidos en sus investigaciones nos permiten adentrarnos en las profundidades del océano a través de los cantos de estas criaturas. Estos sonidos no solo son vehículos de belleza, sino también de conocimiento y conexión con el mundo que nos rodea.

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