Este martes 26, como cada año en esta fecha, se celebró el Día mundial contra el uso indiscriminado de agroquímicos, establecido por la red Pesticide Action Network (PAN), que agrupa a más de 400 organizaciones en 60 países. Tiene como principal objetivo de concienciar sobre los riesgos asociados al uso excesivo e inadecuado de agroquímicos en la agricultura.
La fecha recuerda el incidente ocurrido en 1984 en Bhopal, India, cuando una fuga de isocianato de metilo en una planta de plaguicidas causó miles de muertes y afectó la salud de numeros cantidad de personas.
El uso responsable de agroquímicos: una práctica esencial para la sostenibilidad agropecuaria
El uso de agroquímicos, como herbicidas, insecticidas y fertilizantes, es una herramienta clave para maximizar los rendimientos agrícolas y garantizar la seguridad alimentaria. Sin embargo, su uso inadecuado o excesivo puede generar impactos negativos significativos en la salud humana, los ecosistemas y los recursos naturales. Por ello, promover un manejo responsable de agroquímicos es esencial para equilibrar la productividad agropecuaria con la sostenibilidad ambiental y social.
Beneficios y riesgos de los agroquímicos
Los agroquímicos han contribuido a mejorar la producción agrícola al controlar plagas, enfermedades y malezas, y al optimizar la fertilidad de los suelos. No obstante, su uso indebido puede generar:
- Contaminación ambiental: La acumulación de residuos químicos en suelos, aguas superficiales y subterráneas afecta la calidad del recurso hídrico y la salud de los ecosistemas.
- Impactos en la salud: La exposición directa o indirecta a agroquímicos puede provocar problemas de salud en trabajadores rurales y comunidades cercanas.
- Resistencia de plagas y malezas: El uso indiscriminado de productos puede conducir al desarrollo de organismos resistentes, reduciendo la eficacia de los tratamientos.
Principios del uso responsable
El manejo adecuado de agroquímicos se basa en la aplicación de principios que minimicen riesgos y maximicen beneficios:
- Selección adecuada de productos: Elegir agroquímicos específicos según el cultivo, la plaga o el problema a tratar, considerando su eficacia y menor impacto ambiental.
- Uso de dosis correctas: Seguir las recomendaciones de etiquetado y asesoramiento técnico para evitar aplicaciones excesivas o ineficaces.
- Momento oportuno de aplicación: Realizar las aplicaciones en las etapas del cultivo o las condiciones climáticas adecuadas para maximizar la eficacia y minimizar la deriva o el escurrimiento.
- Protección personal: Los aplicadores deben usar equipos de protección personal (EPP) adecuados para evitar la exposición a productos químicos.
- Almacenamiento y disposición correcta: Los agroquímicos deben almacenarse en lugares seguros y las envases vacíos gestionarse según normativas específicas, evitando la contaminación.
Estrategias de manejo sostenible
El uso responsable de agroquímicos puede complementarse con prácticas agroecológicas y tecnologías modernas que reduzcan su dependencia:
- Manejo integrado de plagas (MIP): Combinar métodos biológicos, culturales y químicos para controlar plagas de manera eficiente y sostenible.
- Agricultura de precisión: Utilizar tecnologías como sensores, drones y sistemas de geolocalización para aplicar agroquímicos de manera precisa, reduciendo el uso innecesario.
- Cultivos de cobertura: Incorporar especies que compitan con malezas o que reduzcan la necesidad de fertilizantes al mejorar la calidad del suelo.
- Rotación de cultivos: Alternar especies para interrumpir ciclos de plagas y enfermedades, disminuyendo la necesidad de agroquímicos.
Rol de la capacitación y regulación
La capacitación de productores y trabajadores rurales es fundamental para fomentar el uso correcto y seguro de agroquímicos. Conocer las normativas vigentes, las características de los productos y las prácticas sostenibles ayuda a evitar errores y malas prácticas.
Además, es necesario que existan regulaciones claras y sistemas de monitoreo que aseguren la comercialización y aplicación responsable de estos insumos.
Distintas entidades y profesionales, destacan que el uso responsable de agroquímicos no solo es una necesidad técnica, sino también un compromiso ético con la salud humana, la protección ambiental y la sostenibilidad del sector agropecuario.
Al adoptar prácticas responsables y sostenibles, es posible maximizar los beneficios de estos insumos sin comprometer el bienestar de las comunidades rurales ni los recursos naturales. La colaboración entre productores, organismos técnicos y autoridades es clave para avanzar hacia un modelo de producción agropecuaria más equilibrado y resiliente.
Regulación en la provincia
En la provincia de Buenos Aires, el uso de agroquímicos está regulado por la Ley N.º 10.699, sancionada el 29 de septiembre de 1988. Esta ley tiene como objetivo proteger la salud humana, los recursos naturales y la producción agrícola mediante la correcta y racional utilización de productos químicos y biológicos.
La ley establece disposiciones sobre la elaboración, formulación, fraccionamiento, distribución, transporte, almacenamiento, comercialización, aplicación y disposición final de agroquímicos. Además, introduce la obligatoriedad de la «Receta Agronómica» para la adquisición y uso de ciertos productos, la cual debe ser confeccionada por un profesional habilitado.
La reglamentación de esta ley se llevó a cabo mediante el Decreto N.º 499/91, que detalla aspectos operativos y administrativos para su implementación efectiva.
Es importante destacar que, a pesar de la existencia de esta normativa, su aplicación ha enfrentado desafíos y postergaciones en cuanto a la regulación específica del uso de agroquímicos en la provincia. Por ejemplo, en septiembre de 2023, el Ministerio de Desarrollo Agrario prorrogó por 60 días la aplicación de restricciones para el uso de agroquímicos, evidenciando la necesidad de actualizar y fortalecer el marco regulatorio vigente.
Para abordar estas cuestiones, se creó el Observatorio Técnico de Agroquímicos (OTA), un equipo interdisciplinario que reúne, desarrolla y aporta información científico-técnica sobre el uso y aplicación de agroquímicos y sus efectos, con el fin de formular políticas públicas específicas en la provincia.