En sesión ordinaria del 23 de abril de 2019 del Honorable Concejo Deliberante local se aprobó por unanimidad la Ordenanza 2692 que autoriza al ejecutivo municipal a instalar “buzones anti narco” en algunos lugares de la ciudad destinados a tal fin.
Esta propuesta tiene como objetivo ser un “receptor de denuncias anónimas sobre ventas de drogas” (art. 2) y por ello el mencionado buzón deberá tener una boca para ingreso de sobre con las esperadas denuncias y una compuerta para su extracción que estará sellada y rubricada con una faja de seguridad hasta el momento de su apertura.
Más allá de todo el detalle y de los aspectos organizativos, los mencionados buzones se instalaron recién en este año, hace aproximadamente un mes.
Por qué las demoras
En principio se dijo que «no estaban hechos» aún, que «la tarea se demoró», que «se vino la temporada de verano rápidamente».
Finalmente se logró concretar el objetivo este año, en el mes de agosto (más de un año después de su aprobación). Así fue que se instalaron y se abrieron el martes 1 de septiembre.
Una vez abiertos los buzones, el ejecutivo debía proceder a analizar su contenido, verificar los hechos que se expresaran y –de corresponder- realizar la denuncia pertinente.
También era importante la información a la comunidad, de manera que esta no sólo conozca esta herramienta para poder utilizarla, sino que también confíe en que el estado le brindará garantías de seguridad en cuanto al anonimato y el abordaje con acciones serias y eficientes de este delito.
Cabe aclarar que esta iniciativa se dirige a la venta de estupefacientes y la denuncia intenta identificar los lugares y los responsables que comercian drogas.
Dónde se instalaron
Los lugares donde se instalaron fueron: la municipalidad de Monte Hermoso, el Hospital Ramón Carrillo, el CIC (Centro Integrador Comunitario), el CAP (Centro de Atención Primaria) de la calle San Martín, la Delegación Sauce Grande, la Cooperativa Telefónica y la Delegación Las Dunas.
Estas ubicaciones causaron alguna desconfianza por parte de la población, cuando se supo que estaban ubicados en el interior de los edificios mencionados. Esto significaba que el anonimato era discutible y la posibilidad de ingresar en horarios con poco tránsito también.
El poblador montehermoseño se sintió un poco estafado; si había puesto alguna expectativa en esta posibilidad, definitivamente la había perdido.
Algunos se sintieron enojados por la falta de seriedad del asunto, llegando a afirmar que “esto es una payasada”, señalando que el asunto se tomó como «un juego».
Pero el final de la historia reúne todos los requisitos: es el esperado, demuestra falta de credibilidad y le quita seriedad a un tema que podría haber sido interesante.
Resultado de las aperturas
El resultado luego de la apertura de los buzones fue: dos denuncias anónimas a las que la prensa no tuvo acceso –obviamente- ya que es información confidencial que se eleva directamente a fiscalía y un preservativo de los que se entregan en forma gratuita en el hospital.