El impacto de la sequía en la región del sudoeste bonaerense sigue causando preocupación, principalmente entre los productores rurales, quienes le manifestaron al gobierno provincial la dificultad de manejar la hacienda ante la reducción de agua de las distintas lagunas de la zona.
Según los especialistas, los factores que inciden en esta situación son el desmonte y el cambio climático. Así lo hizo saber un relevamiento realizado por el INTA Bordenave, que detectó una fuerte disminución de la superficie en diferentes espejos de agua del sudoeste bonaerense.
Esto motivó la declaración de emergencia y desastre agropecuario en la mayoría de los distritos.
En el caso de Puan, el doctor en Geografía y especialista en Teledetección, Fabián Marini, comprobó que las lagunas se achicaron en un 58,6 % en los últimos 5 años, entre noviembre del 2018 y noviembre de 2023. A su vez, en ese mismo período, la superficie de las lagunas de Adolfo Alsina disminuyeron un 55,2 %.
También se percibe una reducción en el Dique Paso de las Piedras, que es de donde se sirven agua potable Bahía Blanca y Coronel Rosales, que para octubre de este año tenía 399 hectáreas menos que en el 2020.
En ese contexto, la doctora Cristina Winschel, del INTA Hilario Ascasubi, señaló que la región está experimentando una sequía severa que afecta los cultivos y provoca la degradación de los suelos.
Según considera, hay una demora en la transición entre los fenómenos climáticos conocidos como La Niña y El Niño, y advierte que una vez que lleguen las lluvias, no está garantizado que sean suficientes.
Puntualmente, en el caso de los distritos de Villarino y Patagones, las precipitaciones de este año están muy por debajo de los valores históricos.
En el caso del primero, se acumulan 235 milímetros cuando la media es de 500, y en el segundo, del promedio de 360 llovieron 225.
Para Winschel, la situación es similar al año 2007, aunque en este caso la preocupación se está tornando desesperante.