Muchos argentinos, amantes de viajar y de conocer los lugares de donde provienen sus tradiciones familiares y sus antepasados, por motivos laborales o escolares pueden planificar su viaje a Europa en el invierno del viejo continente.
Lejos de restarle algo a su infinita lista de posibilidades, esta época del año ofrece también algunas ventajas para realizar un viaje soñado.
En primer lugar, Europa tiene un clima muy variado. Pero, además, no está dicho que el frío sea un impedimento para el disfrute, para conocer y para pasear, especialmente cuando existen tantos lugares, espacios, museos, reliquias históricas y culturales, y maravillas arquitectónicas.
Volviendo a las temperaturas, en el sur de España, por ejemplo, en invierno se registra un promedio de 15°, nada despreciable para pasear y disfrutar. Claro que hay ciudades donde el frío es más crudo, llegando a temperaturas de bajo cero, con la nieve y las heladas aportando su belleza para adornar de blanco palacios, iglesias, montañas y monumentos.
Buscar inspiración
Muchos sitios en la web ofrecen datos, consejos y guías para planificar al detalle y no perderse nada, dentro de las posibilidades de cada viajero o grupo familiar.
Desde Omio, el sitio desde donde se puede buscar, comparar y reservar pasajes baratos para viajar por Europa, sugieren empezar por hacer una lluvia de ideas de aquellos lugares que te gustaría visitar o que te gustaría hacer durante la estadía. ¿Cuál es el viaje ideal para? ¿Te interes más la historia o conocer las mejores discotecas? Tal vez ambos. ¿Te gustaría ir a espacios donde se destaca la naturaleza o preferís ir a museos y galerías de arte?
Otra buena idea es asegurarse de leer guías en internet, o seguir la experiencia de los bloggers de viajes antes de ponerte a escribir todo lo que te gustaría hacer, y así tener una mejor idea de los lugares a visitar.
Una pregunta frecuente cuando se planea un viaje es: ¿Cuánto tiempo debería pasar en cada ciudad? Los especialistas recomiendan empezar por pensar cuántos días te gustaría pasar en cada una de las ciudades de tu itinerario.
Lo ideal es reservar tres días para las ciudades más grandes como Roma o París. Es un número perfecto para disfrutarlo con calma, ver más que los “típicos sitios turísticos” y llevarte un mejor recuerdo del destino. Por supuesto se puede pasar hasta una semana en alguna de estas grandes ciudades, teniendo en cuenta que también hay muchas excursiones de un día que se pueden hacer.
Algunos consejos:
1. ¡Bajar el ritmo! Tratar de verlo todo puede ser el mejor modo de no disfrutar nada. Hay que recordar que viajar puede ser estresante y nada incrementa más el estrés que intentar hacer mucho en muy poco tiempo. Es importante asegurarse de darse suficiente tiempo para relajarse y para disfrutar del ambiente del lugar.
2. No olvidar calcular el tiempo de viajes entre diferentes ciudades. Muchas veces es necesario reservar medio día o un día para el traslado. Además, cada uno de los medios de transporte elegidos tienen sus propios tiempos y es fundamental calcular esos períodos, que no son iguales para el traslado en tren, en bus o en avión.
Europa en tren
Recorrer Europa en tren es de las mejores opciones debido a la cercanía y buena conexión existente entre las ciudades.. Además el costo de los pasajes permite visitar más de un país sin gastar grandes cantidades de dinero. Con los buscadores no solo se puede comparar horarios, modos de transporte y precios a solo un clic, sino también está la oportunidad de comprar pasajes a cualquier punto de Europa desde la misma página.
Un plan imperdible es viajá a los destinos europeos más populares con trenes de alta velocidad, desde Madrid a Barcelona o de Londres a París entre otros muchos. En esta época hay muy buenos precios con las mejores compañías ferroviarias como Renfe o Eurostar.
Todos tenemos la idea de que volar es más rápido respecto a otros medios de transporte. Omio recopiló información sobre las principales rutas en Europa, y el resultado es que hay 35 rutas que son más rápidas en tren o bus que volando, teniendo en cuenta la antelación con la que hay que llegar al aeropuerto antes del vuelo y el tiempo que se tarda en el embarque.
Una de las rutas en las que más tiempo se ahorra es la del tren de Bruselas a París: ¡casi 3 horas menos! En España, tomando el tren de Madrid a Valencia en vez de volar el ahorro es casi 1 hora y media. Otras de las rutas que ahorran más tiempo son el AVE Madrid Barcelona, el tren de Milán a Roma o el tren de Londres a Mánchester.