Con el lema “Vivir la experiencia argentina”, tal como anticipamos, del 5 al 7 de mayo se llevó a cabo el “VI Encuentro Nacional de Turismo Rural – ENATUR”, en San Rafael, Mendoza.
Tuvo como objetivos generar un espacio de reflexión, análisis y composición de estrategias de actuación hacia el sector y promover la articulación de líneas de abordaje de los distintos actores públicos y privados que trabajan el turismo en el espacio rural.
El encuentro convocó a más de 200 participantes entre referentes técnicos provinciales de las áreas de turismo, integrantes de la Red Estratégica del Conocimiento de Turismo Rural del INTA, además de emprendedores y técnicos asesores que buscan consolidar esta actividad de gran dinamismo en la actualidad.
Desde la Dirección Nacional de Planificación y Desarrollo Turístico del MinTurDep, se convocó también a otras instituciones que se sumaron al trabajo conjunto y coordinado, como el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social, el Ministerio de la Producción a través del Banco BICE, junto a cámaras empresariales como CAME, académicos y organizaciones intermedias como la Red Argentina de Turismo Rural Comunitario – RATURC.
Durante el encuentro se pudo componer una mirada común sobre la trascendencia que el sector tiene para el desarrollo sostenible de las economías regionales y la industria agroalimentaria MiPyME.
En la primera parte del encuentro se desarrolló la mesa interministerial, convocada y coordinada por el MinTurDep, donde se expusieron estrategias y herramientas para el desarrollo del turismo en el espacio rural. Se pudieron escuchar con claridad, acuerdos y consenso básicos hacia el sector, que se pueden resumir en estos puntos:
– Tiene en su génesis impactos positivos locales en varias dimensiones: agrega valor a lo que normalmente hace la familia rural en el campo.
– Ofrece posibilidades laborales vinculadas al turismo para los jóvenes y eso facilita el arraigo al campo y la ruralidad.
– El turismo y la cultura dejan de ser ámbitos de recreación para pasar a ser actividades productivas en sí mismas.
– No disputa espacio físico a otras actividades productivas prioritarias.
Dentro del aspecto más estratégico, hubo también líneas de abordaje e interpretación del sector, coincidentes sobre un nuevo marco o paradigma a construir de manera articulada. En este contexto algunas coincidencias destacadas fueron:
– Quedó absolutamente demostrado en estos años que el turismo ha dejado de ser una mera relación comercial de compraventa de servicios. Esa visión economicista es carente o escasa de impactos positivos locales tendientes al desarrollo sostenible local.
– El turismo es un hecho social transformador, motor de inclusión, económico y social sostenible. Es un modo de actuación concreto y eficaz en pos del desarrollo territorial para proteger y promover medios de vida, identidades e impulsar a las economías locales.
– El turismo, especialmente el rural, reinterpreta al turista, lo hace parte de la valoración y transmisión de los activos culturales e identitarios, como vector de transmisión entre los espacios que transita.
La sinergia entre Turismo y Ruralidad es una herramienta potente para contrarrestar, dentro de una lucha subyacente que se disputa en el territorio profundo del país, la desaparición continua de pequeñas explotaciones rurales agroalimentaria y con ellas historias, identidades y culturas que se desvanecen con la consecuente despoblación del campo y la ruralidad.
La pérdida de capilaridad de los micro y mini componentes en el mapa productivo agroalimentario nacional conlleva además una problemática para el abastecimiento y la sustentabilidad. Como ejemplo positivo de esta sinergia transformada en herramienta está el enoturismo y sus resultados en este desafío.
La segunda jornada del encuentro, se llevó a cabo mediante la metodología de conferencias, ruedas de intercambio, conversatorios y talleres, con enfoque en las particularidades del turismo rural de cada región, dando pie a la discusión sobre cuestiones de comercialización, la gestión de un emprendimiento o las normativas en materia fiscal.
De los talleres y las actividades llevadas a cabo en forma paralela surgieron los temas más relevantes a trabajar en el desarrollo del turismo en el espacio rural.