Después de tres días y noches de agudo temporal, de vientos intensos, lluvias y frío, la calma volvió a la ciudad.
Es justo y merecido reconocer el gran trabajo de mucha gente que aun en esas condiciones climáticas estuvieron trabajando gran cantidad de horas, recogiendo árboles quebrados y caídos, sosteniendo techos volados, juntando carteles esparcidos por toda la ciudad al ser arrancados por el viento, vidrios y balcones rotos en muchos edificios frente a la costanera, calles anegadas, luz cortada (Sauce Grande estuvo más de un día sin energía eléctrica), canal de cable local dos días cortado. Lo único que se salvó fue la telefonía fija y el servicio de internet de la Cooperativa Telefónica, aunque con los cortes de energía no era posible acceder al servicio.
Las emisoras de radio salieron de aire para cuidar sus equipos de transmisión.
Importantes edificios vieron sus techos volar, como Sacoa, el Casino y el Club Monte Hermoso.
Pero allí estuvieron ellos trabajando para atender, la emergencia primero, y para poner todo en orden después: los Bomberos Voluntarios; los empleados de la Cooperativa Eléctrica, que trabajaron también sin descanso para proveer de energía a los distintos sectores que paulatinamente iban quedándose sin luz; la Cooperativa Telefónica, los empleados municipales.
De la mano de ellos, las autoridades del área de Desarrollo Social que hicieron públicos sus números de teléfono en las redes sociales para que la gente directamente los llamara a ellos, sin intermediarios. Y según testimonios, han trabajado mucho para tenderle rápidamente la mano a la gente.
Pudo leerse en las redes sociales, alguna crítica dirigida a los concejales de la oposición. Vecinos del Barrio Esperanza, por ejemplo, señalaron que no vieron a los concejales de Juntos ofreciendo ayuda o preguntando sobre las necesidades de la gente.
El día 24, de conmemoración como “Día de la memoria, la verdad y la justicia”, se habían programado dos actos: uno oficial y otro de “vecinos auto convocados”. Debido a las malas condiciones del tiempo no se pudieron realizar. No obstante ello, el que organizaron algunas organizaciones sociales, gremiales y políticas se concretó en la tarde del sábado. El acto oficial no se hizo.
El día viernes las clases se suspendieron en todo el distrito y durante el tiempo que duró el temporal se le repitió a la gente que no saliera de sus hogares si no era estrictamente necesario.
Y ahora volvimos. A reponer energías, a limpiar el desastre que nos dejó el temporal y a hacer compras en los distintos mini y supermercados. Y la sorpresa sigue siendo importante: la gran suba de precios. Es constante, es semanal.
Cada vez que vamos a hacer compras, los precios han subido. Las frutas y verduras por las nubes, los lácteos incomprables ¡la carne ni hablar! El remarcado de precios nos cachetea con la realidad. El plan del gobierno contra la inflación no está dando resultados. No hay ningún producto que no haya subido, comenzando por la nafta.
Una vez más, los habitantes de nuestra ciudad sufren estas consecuencias. Y los grandes mercados terminan siendo la mejor alternativa porque en ellos están los precios cuidados, están las ofertas semanales y hay posibilidades de elegir precio porque tienen más de un producto con distintas marcas, lo que le permite al vecino el poder elegir.
Pero los negocios de barrio, mini mercados o almacenes sufren gravemente esta situación. Porque pierden su clientela al no poder competir con los precios de los grandes negocios. Entonces la compra de mercadería se reduce, así también el crédito y la contratación de empleados.
La baja temporada apenas ha empezado y, sin embargo, el sector comercial está muy apagado. Pensemos también que los comestibles son lo básico; así que es un sector que tiene que funcionar. Asimismo, podemos repasar quioscos, jugueterías, zapaterías, negocios de venta de ropa, lugares de belleza, como peluquerías, etcétera, que tendrán que reestructurar precios y financiación para que la gente pueda consumir como acostumbraba a hacerlo.
Y también repasar algunos negocios que han cerrado, como tres panaderías, la legendaria estación de servicio de Majluf 702 (en el acceso en la ciudad, frente a la Cooperativa Obrera) después de 48 años de atención en el lugar y todos los que son temporales.
Es verdad que el sector de promoción turística deberá agudizar el ingenio para organizar actividades atractivas no solo para los fines de semana largo sino también para todos los fines de semana; de manera que Monte Hermoso sea una opción óptima para venir a pasarlo.
De esta manera se refuerza el trabajo de los comercios y se reactiva el movimiento en la ciudad. Porque si no se proactiva el turismo, muchos van a tener que migrar, no solo los jóvenes que deben irse porque en este lugar (su lugar) no consiguen trabajo.