Las ceremonias que marcan el protocolo para despedir al papa Francisco, fallecido el lunes pasado a los 88 años, ocupan la centralidad de los medios de comunicación.
Tras su sepultura en la Basílica de Santa María la Mayor, en la capital italiana, un deseo que él mismo dejó por escrito en su testamento, se dará paso al proceso que definirá al sucesor de Jorge Bergoglio.
La información sobre los pasos que sobrevendrán para la designación del próximo guía de la Iglesia católica ha comenzado a ganar espacio, trayendo consigo la utilización de palabras y conceptos específicos de esta etapa que se abre.
Camarlengo
La palabra tiene un origen latino y germánico. Deriva del latín tardío «camarlingus», que a su vez proviene del antiguo franconio «kamarling», que significa «camarero» u «oficial de la cámara».
Es quien asume temporalmente (el actual es el irlandés Kevin Farrell) la administración de los bienes y asuntos urgentes del Vaticano durante la sede vacante.
Sede vacante
Define a la situación en la que la primacía de la Iglesia está vacía (vacante) y la autoridad suprema no está siendo ejercida por un papa.
Así se denomina al periodo entre la muerte o renuncia de un papa y la elección de su sucesor por parte del cónclave.
Cónclave
Viene del latín “cum clavis”, que significa “bajo llave”. Es la reunión de los cardenales de todo el mundo para elegir a un nuevo papa. En 1970, Pablo VI fijó en 80 años la edad límite para poder votar. El cónclave se reúne en un plazo de entre 15 y 20 días tras la renuncia o la muerte del pontífice, pero puede adelantarse si todos los purpurados se encuentran ya en Roma.
Pontífice
El término, cuyo significado es «constructor de puentes», proviene del latín «pontifex», que se compone de «pons» (puente) y «facere» (hacer).
En la Antigua Roma, los pontífices eran magistrados sacerdotales responsables de los ritos religiosos y, posteriormente, se usó el término para referirse a obispos y, especialmente, al papa.
Colegio Cardenalicio
El colegio cardenalicio o “Sacro Colegio” reúne a todos los cardenales de la Iglesia católica, tengan o no derecho a voto en el cónclave.
Es el órgano eclesiástico integrado por los cardenales, quienes actúan como principales asesores del papa y que tras su fallecimiento tienen la responsabilidad de elegir al sucesor.
Actualmente, de los 252 cardenales que lo conforman solo 138 (entre ellos cuatro argentinos) cumplen con los requisitos para poder votar en la elección del próximo papa.
Cardenal
Clérigo del más alto rango después del papa, el origen de la palabra se remonta al adjetivo latino “cardinalis”, que inicialmente significaba «que sirve de bisagra», cuya raíz es el sustantivo “cardo”, que significa «bisagra».
En el contexto de la Iglesia, los cardenales son considerados como bisagras o puntos de apoyo esenciales para el gobierno y el funcionamiento de la institución.
Papa
El término proviene del griego y su significado es “sacerdote”, “obispo”, pero también “papá, padre”.
El diccionario académico indica que papa es un sustantivo de género masculino cuyo principal significado es “Sumo pontífice romano, vicario de Cristo, sucesor de San Pedro en el gobierno universal de la Iglesia católica.
Habemus papam
Fórmula en latín con la que el cardenal protodiácono anuncia que un nuevo sumo pontífice ha sido elegido.
La frase completa es “Annuntio vobis gaudium magnum: ¡habemus papam!”, les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos papa!
Cardenal protodiácono
El término «protodiácono» se refiere al diácono de mayor antigüedad o jerarquía en una comunidad religiosa, especialmente en la Iglesia Católica y Ortodoxa.
Su origen proviene del griego «proto» (primero) y «diácono» (servidor), indicando su función principal. En la Iglesia católica es quien tiene la responsabilidad de anunciar al mundo (“urbi et orbi”) la elección del nuevo papa.
Urbi et orbi
Significa literalmente “a la ciudad (de Roma) y al mundo”. Se emplea en referencia a la bendición papal que se extiende a todo el mundo. También se usa con el sentido de “a los cuatro vientos, a todas partes, a todo el mundo”.
Nomen
Término en latín que significa «nombre», se refiere al que elige el nuevo papa, en general en homenaje a un antiguo pontífice por el que suele sentir especial afinidad. Los más recientes fueron Francisco, Benedicto, Juan Pablo, Pablo y Juan. Si se repite, se le asigna un número correlativo.